domingo, 5 de mayo de 2013

VENTANAS SUCIAS





Una pareja de recién casados, se mudó a un barrio muy tranquilo.

En la primera mañana en la casa mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero.
Que sabanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero... quizás necesite un jabón nuevo.
... Ojalá pudiera ayudarla a lavar las sábanas, el marido miró y quedó callado.
Y así cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento.
Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sabanas limpísimas, y dijo al marido; mira ella aprendió a lavar la ropa!
Le enseñaría otra vecina?
El marido respondió: No hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana!
La vida es así, todo depende de la ventana, a través de la cual observamos los hechos.
Antes de criticar, quizás sería conveniente chequear si hemos limpiado el corazón para poder ver más claro. Entonces podremos ver la limpieza en el corazón de los demás… 



                                      

13 comentarios:

  1. charo cada cual es como es en la vida no podemos cambiar la actitud de una persona, pero uno tiene que cambiar por si mismo solo hay que que tener voluntad un beso carlos

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    1. No, no podemos cambiar la actitud de nadie, cada cual tiene que cambiar por si mismo , tienes toda la razón .
      Gracias por tu comentario ! Besos

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  2. Un relato que nos sirve para muchas y muchas vivencias propias. Esto me lo guardo Charo prque se a quien se lo voy a decir. Gracias y muchos besos.

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    1. Si, karras , creo que a todos nos sirve , muchas veces vemos la paja en el ojo ajeno pero no en el propio , y, deberíamos mirarnos primero a nosotros mismos antes de juzgar a nadie . Me alegro que te sirva .
      Un abrazo grande

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  3. Cuánta razón tiene el relato.
    Si todos mirásemos nuestro culo primero, tal vez no nos dedicásemos a criticar el del vecino.

    Un abrazo Charo.

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    1. Exacto, Dani , si nos mirasémos un poco a nosotros mismos antes que a los demás , seguro que no criticaríamos a nadie , pero... ya se sabe ... vemos antes la paja en el ojo ajeno que en el propio cuando debería ser a la inversa . Tendemos a juzgar a los demás con una velocidad tremenda .
      Un abrazo Dani .

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  4. Menuda lección nos das querida Charo,con este escrito tuyo, estoy totalmente de acuerdo, somos así incapaces de pensar, o de observar las cosas antes de criticar, todos deberíamos de mirarnos en el espejo,por si acaso...

    Te dejo un abrazo infinito amiga.

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    1. No es mío ese Texto , no se quién lo escribió pero me gustó tanto que lo traje hasta aquí . Creo que a todos nos conviene recordar que no se puede criticar sin conocer puesto que todos somos humanos y cometemos fallos.
      Te dejo mi abrazo envolvente y mi halo de luz

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  5. HOLA QUERIDA AMIGA.
    ES TAN CIERTO LO QUE CUENTAS, MUCHOS A VECES SIN QUERER JUZGAMOS AL OTRO POR LAS APARIENCIAS, DEBERÍAMOS MIRAR PARA ADENTRO DE VEZ EN CUANDO.
    BELLO MENSAJE.
    UN BESO GRANDE Y MILLONES DE GRACIAS POR TUS PALABRAS EN MI BLOG, LAS VALORO MUCHO.
    CARIÑOS

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    1. Hola Luján ! Es cierto , casi todos los días ( por no decir todos) deberíamos hacia dentro de nosotros antes de juzgar tan gratuitamente a los demás , no se por qué lo hacemos con tanta frecuencia pero lo cierto es que lo hacemos.
      No tienes que agradecerme nada , lo que te digo en tu Blog es lo que verdaderamente me inspira y siento. Gracias a ti por ser como eres.
      Un abrazo

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  6. Muy cierto, Charo. Todo depende del cristal a través del cual se mira. A mi también me gusta el refrán que dice que vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el propio.

    Besos

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    1. Es que ese Refrán viene como anillo al dedo , todos somos muy tendentes a juzgar rápido a los demás , vemos la paja en otros ojos pero en el nuestro ... es como más difícil verla y no debería ser así. Somos seres humanos y todos tenemos defectos y virtudes y es fácil equivocarnos .
      Un abrazo

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  7. ¡Ay, la mirada! Nos engañan los sentidos; pero si nos fiáramos más del sentido común, si nos miráramos más hacia adentro, ¡cuántos errores no cometeríamos!

    Besos.

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